Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno, propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis pecados y me has de llevar a la vida eterna.
ANTÍFONA
Los mártires vencieron por la sangre del Cordero y no amaron tanto su vida como para rechazar la muerte; por eso reinan con Cristo para siempre.
- Ruega por nosotros beato Esteban Maya Gutiérrez
- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo.
OREMOS
Dios de poder y de misericordia, que diste fortaleza al beato Esteban Maya Gutiérrez para superar los tormentos de su martirio; concede a quienes conmemoramos hoy tu victoria, disfrutar de tu amorosa protección y permanecer invencibles ante las acechanzas del enemigo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
En todo esto venceremos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni creatura alguna, podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios.
- Este mártir combatió hasta la muerte por ser fiel al Señor, sin temer las amenazas de los enemigos; estaba cimentado sobre roca firme.
Los santos tienen su morada en el reino de Dios, y allí han encontrado descanso eterno.
Proclamamos ahora el salmo 33.
Con este salmo expresamos la confianza en Dios con que el beato Esteban aceptó morir por Cristo.
Respondemos: el Señor me libró de todas mis ansias.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor:
Que los humildes lo escuchen y se alegren.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mis ansias.
CONSIDERACIÓN PARA EL PRIMER DÍA
La vida cristiana del Beato Esteban es motivo de inmensa alegría para nosotros al saber que el Beato Esteban Maya Gutiérrez es un hermano nuestro muy cercano.
Oriundo de nuestra Arquidiócesis de Manizales, nacido en Pácora, empezó a formar parte de nuestra comunidad eclesial el mismo día en que nació, cuando fue bautizado por el padre Rafael González, el 19 de marzo de 1.907. Sus papás Baudilio y Teresa eran muy conscientes de la sin igual dignidad de ser cristiano, hijos de Dios y templos del Espíritu Santo y no quisieron demorar el momento feliz en que el niño ingresara a la Iglesia Católica, la única Iglesia que Cristo fundó.
El 27 de diciembre de 1.909 fue confirmado por Monseñor Gregorio Nacianceno Hoyos, para llegar a la plenitud cristiana al recibir el don del Espíritu Santo, se preparó para participar por primera vez de la Eucaristía mediante la recepción de la Primera Comunión.
Dios que le creó a su imagen y semejanza y lo dotó de inteligencia y voluntad para que lo conociera y lo amara, le concedió la gracia divina, lo liberó del pecado original y lo hizo partícipe, como a todo bautizado, del oficio sacerdotal, profético y real del Señor Jesús.
Oración frecuente, participación constante en los sacramentos, estudio asiduo, trabajo diligente y vida en fraternidad fue su existencia cotidiana.
Dios le fue indicando los caminos que lo llevarían a Bogotá y posteriormente a España donde recibió la condena del martirio.
GOZOS
Demos gracias a Dios y con estos gozos, expresemos nuestra alegría al experimentar que, siguiendo las huellas de Jesús y perseverando en su amistad, podemos como el Beato Esteban, alcanzar la cumbre de la santidad. Sus ruegos son nuestros ruegos, las gracias que por su medio imploremos, especialmente la imitación de sus virtudes: caridad, sencillez y fortaleza.