HISTORIA
 

INICIOS

 
 
Al distrito parroquial de Arma Nuevo, hoy Pácora, le fueron señalados por orden del Gobernador de la Provincia, los mismos límites que las autoridades eclesiásticas habían fijado a la parroquia. es de suponer que Arma Nuevo, eclesiasticamente figuró como vice-parroquia durante el tiempo en que el Pbro. Montoya la administró en calidad de encargado, es decir, hasta septiembre u octubre de 1832 en que fue nombrado cura propio.
 

Las alhajas y reliquias de Arma Viejo fueron trasladadas a la nueva fundación depués de la entrega que hizo de ellas el Pbro. Bolonia al mayordomo de Fbrica, señor Pedro Jramillo, por intermedio de Luis Maria del Castillo. la entrega de dichas reliquias motivó protestas justas por parte de algunos vecinos de Armay del Pbro. Ramon Marin de Salamina, enemigos acérrimos de la nueva fundación, pero todo quedo zanjado cuando el Pbro. Montoya comprobó que habían sido donadas por un extranjero.


Entre los objetos trasladados se cuentan dos pequeñas imágenes de San José y la Santísima Virgen, bajo la advocación de la Inmaculada. la conocida por todos como la Virgen de la culebra y que sacaban en hombros los muchachos cuando el Pbro. Gómez hacía rogativas; una imagen de San Juan Bautista, mandada retirar por el Señor Obispo; dos retablos de Santa Polonia y Santa Bárbara; una custodia de oro de guaca; cruz alta, ciriales y varios candelabros de plata, un palio; casullas y varias capas pluviales, en colores diversos; dos humerales; las campanas que están colocadas en la capilla del hospital; todos los libros parroquiales y muchos otros objetos. La mayor parte de estas reliquias han desaparecido. Las históricas pilas de piedra que servían para depositar el agua bendita y que fueron retiradas de la iglesia, las labraron los indígenas en “Cajones”, hoy Piñones.

Los artísticos cuadros de los Apóstoles son para el Pacoreño una joya de altísimo valor. Es cierto que no fueron traídos de Arma, como se creyó en un principio, ya que no aparecen en ninguno de los inventarios anteriores a 1850; pero ese no es motivo para que una mano extraña los haya relegado a un oscuro rincón de la sacristía. En ciudades como Bogotá, Popayán, o Medellín, dichos cuadros habrían corrido una suerte muy distinta. Si nuestra memoria no falla, en la Capilla de San Ignacio de Bogotá, existen unos cuadros idénticos a los nuestros. Obras de mérito no tenemos ninguna para enseñarle al que nos visite. Lo único de que nos podemos orgullecer es de nuestro bello templo parroquial, pero si nos encargamos de tolerar todo atentando contra su ornamentación artística, sin lanzar la menor protesta, ¿qué es lo que en adelante vamos a presentar a los turistas que han oído hablar de tesoros invaluables traídos de Arma a Pácora por los fundadores cuando por casualidad nos visiten? A esta hora no hay un solo Pacoreño que de razón del famoso cuadro del Purgatorio. En Bogotá está una de las artísticas arañas que adornaban la iglesia.

 
 
   
 
Translation services

Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis