Según los archivos hallados en los canales del despacho parroquial, los párrocos que han prestado la orientación religiosa de nuestro pueblo son:
De 1832 a 1835, el Padre José María Montoya, a quien se le debe alabar grandemente el entusiasmo por la fundación de la nueva población; por él se logró que el Estado Eclesiástico decretara el funcionamiento de la parroquia en el nuevo paraje.
De 1835 a 1837, los presbíteros Cecilio Gallego y Juan Francisco Suárez, en calidad de encargados.
De 1837 a 1845, el Presbítero Pablo José Quintero.
De 1845 de 1885, el Padre Rafael Patiño. A este noble sacerdote se le debe el logro del templo actual, y a él le debemos un Obelisco. Este casto Sacerdote murió en uso de su administración, el 21 de Marzo de 1885. Se cree, que hasta el momento, el entierro más pomposo ha sido el de él, contando con la suerte que ese día arribaba a pueblo el General Manuel Briceño con su tropa, quienes le hicieron calle de honor. Este desfile ha sido el más grandioso que se ha dado en Pácora.
De 1885 a 1887, en calidad de interino, el Padre Juan Bautista Gutiérrez. Durante el periodo de su administración lo asistió como coadjutor el Padre José Domingo Sánchez.
De 1887 a 1888, el Padre Onofre Duque, murió durante su administración.
De 1888 a 1928, el Padre Silverio Adriano Gómez, nacido en Aguadas en 1842,
Hay que alabarle también el mérito natural de su voz, lo cual hacía vibrar los aires con los cánticos litúrgicos, fascinado por el arte pictórico, la música, la oratoria y demás artes cultas tradicionales.
Durante su administración fue acompañado durante veinte años por su hermano el Padre Miguelito, quien achacosamente ejerció su profesión, pues su enfermedad nos e lo permitía. En sus últimos años quedó ciego, no siendo esto motivo para dejar de ejercer.
De 1928 a 1940, el Padre Ismael de J. Sepúlveda.
De 1940 a 1943, el Padre Pedro José Rivera.
De 1943 a 1970, el gran y verdadero santo, Padre Salvador Osorio. Nació el 27 de Noviembre de 1911 el Filadelfia (Caldas), venerado y bien hablado de todas las gentes, el más humilde servidor de su causa, entregado como ninguno a la filantropía.
Amó y ayudó a los campesinos hasta con sus más recónditas muestras d e amor al prójimo.
Fue el más grande promotor de rifas, para el auxilio del Ancianato y demás obras sociales. “Martinita Ángel, donde se prestan los más humildes y desinteresados servicios a las gentes desfavorecidas. Fue él quien ideó las misas en las veredas, también motivó por primera vez las Capellanías en los colegios, la cárcel, el ancianato, etc.
Su mayor característica fue la de haber poseído un temperamento unilateral, con alma sensible a la sencillez y al aprecio humano.
Fue uno de esos orientadores de la fe, que todo lo dio por encontrar la revelación y reflejo de su causa, uno de esos hombres ablandados por los golpes de los problemas del prójimo, hasta su propia vida, para que su comunidad siguiera sus enseñanzas.
En síntesis, le abonamos al fenecido Padre Salvador, todos los méritos y agradecimientos por los servicios prestados a la Comunidad, a él más que a nadie.
También hay que agregar, que en privado, auxiliaba a varias familias pobres, con su mantenimiento, lo mismo que varios estudiantes de escasos recursos.
Fue honrado por la Alcaldía en memorable acto, mediante el decreto N° 002 de 1969.
Murió en pleno uso de su autoridad como Párroco en 1970.
De 1970 a 1971, ejerció el Padre Bernardo Ruíz, oriundo de Pácora.
De 1971 a 1975, el Padre Alejandro R.
A este reverendo, tenemos que alabarle y agradecerle demasiadas cosas, y d e paso, admirarle su sagacidad, su habilidad mental y entusiasmo..
Inmediatamente después de haber obtenido el respaldo que necesitaba, empezó su esplendorosa labor.
Hizo la obra más llamativa y humanizadora que se haya hecho en Pácora, “El Hogar Juvenil de niños campesinos”, fundado en 1970 y el de niñas en 1971.
Este Sacerdote mostro al pueblo que su talento era inagotable, ganándose con ellos todo el respaldo y obediencia de nuestras gentes.
Vienen luego, mejores y renovadoras obras en beneficio del pueblo, para que quedara ésta más comprometido.
Fundó una “Cooperativa de Consumo”, dando participación a varias personas del pueblo. Fue el regalo más grande que pudo haberle dado: no solo la participación de las ganancias, sino también el acceso a los precios bajos.
De 1975 a 1977, el Pbro., José Domínguez Gómez. Fue uno de esos Párrocos que hizo historia por su forma evolucionada o revolucionada modernísimamente de actuación.
Fue el primer Párroco que vistió de civil. Continuó con las “buenas obras” o “obras buenas” que había fundado el Párroco anterior, como verdadero beneficio de la Comunidad.
Mostró siempre una conducta descomplicada de vivir, siendo en todo momento, sencillo y fundamental. Defendió el análisis o conocimiento de todas las gentes.
